Valoración crítica
de los “Artículos de Larra”.
Bajo el título de Artículos
de Larra se recoge una selección de trabajos publicados por este autor
romántico del S.XIX, aparecidos durante la década de los años 30 en diferentes
periódicos de la época como “El Duende Satírico del Día”, “El Pobrecito
Hablador” o “El Observador”, entre otros, firmados la mayoría con el seudónimo
de Fígaro.
Su intención es hacer una crítica sobre las costumbres y los
males que aquejan a su patria, siguiendo la actitud de renovación propia del
siglo XVIII, que continua en el siguiente siglo.
De este modo, en uno
de sus primeros artículos “El café” nos retrata a los clientes asiduos de un
café que debaten sobre los males de España, con mucha seguridad sobre sus
afirmaciones, sin tener la mayoría preparación alguna sobre lo que discuten,
añadiendo algunos tipos ociosos que acuden al local a hacer negocios poco
lícitos o que viven de prestado.
En ”Vuelva usted mañana” nos ofrece un ejemplo de la pereza
nacional, con el caso de un extranjero que viene a solucionar unos asuntos
burocráticos, relacionados con su familia, en unos quince días, y se va al cabo
de seis meses de estancia en Madrid, sin haber podido realizar las gestiones
por no encontrar en su puesto las personas responsables de ellas o complicarle
demasiado su tramitación.
También le preocupa la educación de los jóvenes, presente en
“El casarse pronto y mal” , con un joven que decide casarse sin tener ninguna
independencia económica de los padres ni una madurez personal.
Otros temas que expone en sus trabajos son la falta de
erudición, la hipocresía, el engaño o la rudeza, como en “El castellano viejo”.
Tiene un gran número de artículos de crítica teatral que nos
sirven para conocer la vida literaria y artística del momento, tanto como sus
propios gustos. Como ejemplos tenemos la
crítica favorable a “El sí de la niñas” de L. Fernández Moratín y de los dramas románticos “ El Trovador “ y
“Los amantes de Teruel” , pese a que está en contra de los excesos que suelen
tener estas obras(desmayos, muertes, escenarios tétricos…).
Mención aparte merecen los últimos artículos “El día de los
Difuntos de 1836” y “La Nochebuena de 1836”,
impregnados de un gran pesimismo. En el primero identifica la ciudad de
Madrid con un gran cementerio en el que sus habitantes están muertos por no
tener libertad ni luchar por ella. Mientras que en el segundo confirma su mala
suerte con el número 24, al tener una conversación sincera con su criado en la
que éste le echa en cara su infelicidad y exigencia constante, a pesar de tenerlo todo.
Con el antecedente de
Mesonero Romanos como costumbrista, Larra no se limita a copiar de la realidad
sin que sus artículos están llenos de sátira. Con sus reflexiones nos deja
ver su progresivo desengaño ante la
sociedad del momento, perdiendo la
esperanza, que le llevará a un trágico final.
Gracias!!!!
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